Tahití: Rangiroa y Fakarava

Es un destino en el que pensamos como viaje de luna de miel, pero es un viaje que en cualquier momento de nuestras vidas podemos y debemos realizar!!  Es el paraíso con el que se sueña muchas veces de frío invierno. Se puede acceder con el avión  Air Tahití Nuir y llegar asi a estas playas de arena coralina fruto de la erosión de las barreras de arrecifes que crecen sobre los cráteres de una cadena de volcanes hace una decena de millones de años.
Es donde uno se puede llegar a acostumbrar a nadar entre tiburones, ninguna de las especies

que viven en las aguas de Tahití y sus islas ataca al hombre a no ser que se sienta amenazado.
Una inmensidad de peces tropicales : peces trompeta, mariposa, cuberas, barracudas, y sólo eres capaz de observar desde una perspectiva hasta ahora insospechada. La naturaleza va por libre.
Barbacoas en un motu, visitar los viñedos de Vin de Tahití, dar de comer a los tiburones, salir en barca de excursión e ir a cenar mientras los perros se divierten espantando a los tiburones son algunas de las cosas que hacer en este paraíso.
No hace falta ser buceador experimentado para disfrutar de los fondos marinos de Tuamotu, un esnorquel es suficiente. Incluso a escasos metros de la orilla del centro de la capital del principal atolón del archipiélago basta con meter la cabeza bajo el agua para que empiece el espectáculo.
El archipiélago de Tuamotu se encuentra a unos 300 km al noreste de Papeete, la capital de Tahití y de la Polinesia Francesa (territorio de ultramar dependiente de Francia).
Puedes alojarte en Kia Ora en Rangiroa, en bungalows sobre el agua, junto a la orilla y en el jardín. También organizan excursiones y tiene un buen restaurante. A una hora y media en barco en un motu privado, en el otro extremo de la laguna está Kia Ora Sauvage, que es la versión asalvajada con 5 cabañas sin luz electrica. Ambos hoteles están recien reformados.
En Fakarava, el Le Maitai Dream tiene 21 bungalows muy amplios frente a la playa, con buenísimo restaurante también.
Como dato curioso, la Pinctada margaritifera, que aquí habita, es la única ostra del mundo capaz de generar perlas de colores, tantos hasta 600, dicen. Además, el cultivo de perlas negras es la principal actividad económica del archipiélago.
 Esperar el atardecer en la hamaca en tu elegante cabaña, dentro del agua o con tu mai tai en la terraza del bar es el mayor conflicto al que tendrás que enfrentarte en las Tuamotu.